La telerrealidad es un concepto que ha existido desde casi mediados de la década de los 50, cuando la propia televisión comenzaba a expandirse. Programas que analizaban historias reales, y hacían de ello su contenido principal, ha habido siempre. Sin embargo, no ha sido hasta finales del siglo XX cuando esa telerrealidad ha dado un paso más allá, convirtiéndose en un género por sí mismo. Desde programas como The Real World a conceptos como Gran Hermano, en estas últimas dos décadas hemos podido disfrutar, y también sufrir, infinidad de programas supuestamente realistas. Esos en donde personas reales y normales se enfrentan a ciertas situaciones, como encierros en una casa, asilamiento en una isla desierta, retos musicales o deportivos… Convertir a una persona normal en el epicentro del contenido genera una empatía brutal por parte del espectador, que se identifica mucho más rápido con estos perfiles. De ahí el rotundo éxito de estos programas tan especiales.
Como suele ocurrir cuando un formato triunfa, la parrilla se ha llenado de programas similares, que intentan copiar el estilo, la forma o el propio concepto. De hecho, ya hemos pasado por una época de sobreexplotación de la telerrealidad, para vivir un leve descanso que nos ha devuelto a la cresta de la ola del formato. Ahora, con la participación también de las plataformas de streaming, que ven en estos programas un formato barato y muy rentable para sus audiencias y suscripciones. El éxito de los programas de telerrealidad no procede solo de su propia premisa, sino también de la nueva realidad televisiva, del concepto transmedia. Los programas no solo se ven, ahora también se critican y se comentan en redes sociales. Los propios protagonistas son accesibles en sus perfiles de Instagram o Twitter, donde suelen cebar los contenidos del programa. Esto es especialmente oportuno cuando el formato tiene un punto morboso, cuando hay relaciones de amor o deseo de por medio. Son muchos los realities que han utilizado este gancho para convertirse en grandes éxitos, y aquí hemos querido recoger algunos de los más importantes e influyentes.
Adan y Eva
Empezamos muy fuerte, con uno de los programas más polémicos de los últimos tiempos. El formato Adán y Eva surgió, como es habitual en este género, en el norte de Europa, con una idea revolucionaria: un dating con gente desnuda. Los programas de citas son todo un clásico ya en la televisión, desde El Soltero a First Dates, pero jamás se había creado algo tan revulsivo. Y es que en este programa, los concursantes participan sin nada de ropa encima.
Así, la conexión entre ellos puede ser instantánea y sobre todo, se busca lo genuino, lo auténtico. Normalmente hay un soltero o soltera que, a través de distintas pruebas y citas, debe quedarse con uno solo de los aspirantes que se presentan para conquistarla. El formato ha sido todo un éxito en países como Holanda, Alemania, Francia o España, a pesar de su alto contenido sexual… o más bien de desnudez.
Jugando con Fuego
El reality de Netflix Too Hot For Handle, traducido como Jugando con fuego, es uno de los últimos grandes éxitos de la telerrealidad. Las plataformas han decidido apostar también por este tipo de formatos, y el ejemplo de este programa es perfecto para explicar su éxito. En él, varios solteros y solteras se conocen en un lugar paradisíaco donde tienen diferentes citas para ver si hay conexión entre ellos.
El punto picante no puede faltar en el programa, desde el momento en el que el casting parece escogido casi para una película pornográfica. Chicas muy exuberantes, chicos con cuerpos muy atractivos… Una mezcla perfecta para que la chispa del deseo salte en cualquier momento. El hecho de contar con participantes de todo el mundo anglosajón hace que el programa tenga, además, un formato muy fresco y original. Va ya por su cuarta temporada en la plataforma de la gran N roja, y parece que el formato no da signos de desinflarse.
La Isla de las Tentaciones
Otro de los formatos más populares en los últimos tiempos es Temptation Island, que se creó hace años en Estados Unidos y se ha revitalizado con su versión en español. En La Isla de las Tentaciones, el amor de varias parejas se pone a prueba durante unas semanas, en un lugar paradisiaco. Los enamorados se separan para vivir en villas junto a los tentadores, chicos y chicas que tratarán de hacerles dudar de sus relaciones.
Es un formato muy sorprendente por toda la carga de tensión que hay en cada programa, y tiene el morbo añadido de ver infidelidades en vivo y en directo. Para que los tentadores sean aún más efectivos, el programa siempre busca perfiles muy atractivos, que sobresalgan, desde modelos a actrices o deportistas. Este programa está dando mucho que hablar en diferentes territorios, pero es en España donde ha encontrado su mayor filón, al menos en los últimos tiempos.
La franquicia Shore
Es uno de los pocos realities de la lista donde el amor no es el tema principal, aunque también hay mucho de eso cuando reúnes a una pandilla de jóvenes alocados y con ganas de fiesta. La franquicia Shore nació con Jersey Shore, un retrato sorprendentemente realista de varias celebridades jóvenes de la orilla de Jersey. La mayoría de ellos de ascendencia italiana, se pasaban el día de fiesta, buscando líos entre ellos o con personas que conocían en garitos.
El programa tuvo tanto éxito que MTV, su productora original, lo exportó a Inglaterra (Geordie Shore), España (Gandía Shore) o México (Acapulco Shore). Las tensiones sexuales eran una de las grandes bazas del formato, aunque en este caso la censura incluso impedía ver a los concursantes desnudos. Sí que hubo relaciones en muchos de estos programas, pero como decimos, todo se censuraba para poder pasarlo en horario protegido en televisión.
Foursome
Terminamos la lista con el reality más sexual y salvaje de todos. Creado por Playboy TV a mediados de los 2000, Foursome reunía a cuatro solteros, dos chicos y dos chicas, en una gran mansión para pasar 24 horas llenas de sensualidad y vicio. Y es que aquí las pruebas llevaban directamente a la búsqueda de la pasión y el deseo, cuanto más explícito mejor. No había censura de ningún tipo, y en muchos programas los solteros terminaban teniendo sexo ante las cámaras.
De hecho, muchos de ellos eran profesionales del porno o modelos eróticas, aunque también había personas realmente anónimas. Foursome tuvo cuatro temporadas de gran éxito y todavía hoy es recordado como uno de los mejores realities sexuales de la televisión. Sus videos siguen muy vigentes en plataformas porno como Pornhub o xVideos, siendo descubiertos por toda una nueva generación que no pudo ver el programa en su momento.